Grupo sanguíneo: Tinto
12.23.2005
  Promesas del año pasado dejadas para el año que viene
Mientras no llegue el 01/01/2006 hay orden de NO INNOVAR. Hasta el 31 de diciembre de este año vamos a seguir siendo los mismos alfeñiques de 44 kilos que vinimos siendo durante los últimos 34 años.

¡No vamos a mandarnos grandes hazañas a esta altura del año! A ver si todavía se nos descompone el hígado y arruinamos las Fiestas a la familia entera. Y sobre todo, a nosotros mismos. Sería una calamidad recibir los regalos que no nos gustan y brindar con la Tía Elsa, vasito de 7Up en mano, sin haber ingerido ni una gota de algo que nos permita camuflar el disgusto y la decepción.

Pero "el año que viene" es otro cantar. Catch yourself Catherine que vamos a bailar. El año que viene será el año del futuro. Es más, el año que viene ES el año del futuro (¿o queda alguna duda?) Del futuro más próximo, porque un poco después viene el siguiente "año que viene".

Y como se trata de un año del futuro, hay que hacer promesas, grandes promesas de cambios extraordinarios que modifiquen nuestras vidas y las de todos los que nos rodean (mientras escribo esto, y como me voy inflando de a poquito pero constantemente en ínfulas mesiánicas que seguramente la arrastrarán a la ruina, la rubia me mira cada vez más preocupada)

"Bueno, ¡no es para tanto, che!" - le digo tratando de calmarla - "Después de todo, esas grandes promesas que llegan a implicar cuestiones tan inmodificables como los ingresos familiares o la manipulación de las características genéticas en el gimnasio al que no iremos por más de tres semanas, se autodestruirán tomando envión y chocándose de cabeza contra la realidad".

No obstante, y aunque a la realidad le importe un bledo el futuro, debemos hacer la lista de los cambios que implementaremos por el mero hecho de pasar de un día de verano en el que finaliza un conteo más o menos arbitrario a otro día de verano en el que comienza un conteo más o menos arbitrario que finalizará al comenzar el siguiente periodo más o menos arbitrario. Qué sería de nosotros sin esa pequña luz.

Es así que aquí van mis propósitos (en realidad, se trata de un resumen tipo "Selecciones del Readers's Digest", ya que tipiar los cambios necesarios me demandaría más de lo que Uds. y yo podemos soportar. A los fines de resumir y evitarles molestias y pérdidas de tiempo innecesarias, he condensado (como la leche en lata) varios puntos importantes en dos tópicos: lo que no y lo que si voy a hacer el año que viene):

A) EL AÑO QUE VIENE NO VOY A:

1) hacer promesas de fin de año, ya que con los cambios introducidos por las presentes promesas todo en mi vida y las de mis familiares y amigos cercanos estará bien dentro de 365 días y 4 hs.
2) perder el tiempo escribiendo cosas que sólo me diviertan a mí.
3) dejar de leer cosas que no divierten a nadie porque hay que leerlas para tener un amplio panorama y una base teórica desde donde discutir los temas que rigen nuestros destinos.
3 bis) discutir los temas que rigen nuestros destinos sin tener un amplio panorama y una base teórica aportada por las lecturas previas.
4) modificar mis conductas sociales para salir de este (probablemente patológico) ostracismo que me impide relacionarme con más gente de la que necesito.
5) acostarme tarde.
6) levantarme temprano.
7) rascarme las partes pudendas delante de terceros.
8) introducir mis falanges en los orificios nasales, sobre todo si inmediatamente antes he roto la promesa expresada en el punto precedente, ya sea que se trate de haberla roto en público o en privado.
9) planear todos los días la manera de vivir sin trabajar y perder la atención en mi laburo.
10) darme bola a mí mismísimo.

B) EL AÑO QUE VIENE VOY A:

1) dejar de hacer promesas de fin de año, ya que con los cambios introducidos por las presentes todo en mi vida y las de mis familiares y amigos cercanos estará bien dentro de 365 días y 4 hs.
2) dejar de perder el tiempo escribiendo cosas que sólo me diviertan a mí.
3) leer cosas que no divierten a nadie porque hay que leerlas para tener un amplio panorama y una base teórica desde donde discutir los temas que rigen nuestros destinos.
3 bis) dejar de discutir los temas que rigen nuestros destinos sin tener un amplio panorama y una base teórica aportada por las lecturas previas.
4) dejar de modificar mis conductas sociales para salir de este (probablemente patológico) ostracismo que me impide relacionarme con más gente de la que necesito.
5) dejar de acostarme tarde.
6) dejar de levantarme temprano.
7) dejar de rascarme las partes pudendas delante de terceros.
8) dejar de introducir mis falanges en los orificios nasales, sobre todo si inmediatamente antes he roto la promesa expresada en el punto precedente, ya sea que se trate de haberla roto en público o en privado.
9) dejar de planear todos los días la manera de vivir sin trabajar y prestar más antención a mi laburo.
10) dejar de darme bola a mí mismísimo.


Todo está escrito en el clásico cuadeno Gloria rayado, tapas blandas (color naranja) de 48 hojas: se cumplirá lo que deba cumplirse. Por lo demás, si no se esmera cada punto en particular, yo no pienso calentarme, que para eso tenemos todo el tiempo del mundo.



Dedicado a mi Tía Isabel Lucchetta (maestra sabia y paciente, madre de tres engendros más hermanos que primos), quien sostiene que hay que hacer primero lo que a uno le gusta y lo que uno quiere, que para lo que deba ser hecho necesariamente ya encontraremos el momento propicio.
 

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